Nosotros
no sabíamos de penas,
nosotros queríamos jugar,
nosotros
no sabíamos llorar.
Nuestra piel era joven, teníamos ideas recién nacidas,
aún teniamos los ojos cerrados, como cachorros semidespiertos.
Eramos tus crías...
Nosotros
no sabíamos que era un mundo
sin ti.